Literatura en el sentido general y en el sentido estricto.
La literatura es un término bastante ambiguo y usado.
Podemos encontrarlo definiendo un período histórico: literatura Barroca,
literatura Precolombina; o también a etnias y naciones completas: Literatura
inglesa, literatura latinoamericana, literatura garífuna. A veces utilizamos la
palabra literatura cuando queremos referirnos a un conjunto de libros pero es
válido también aludir a uno solo y seguramente ha escuchado a gente decir que
la literatura es una variación del arte. Pero, ¿qué es la literatura? ¿Hasta
cuánto se extiende y en qué casos es admisible su aplicación? ¿Qué la conforma?
Este ensayo afirma que la multiplicidad de aplicaciones de la palabra
literatura recae en la flexible división entre los dos sentidos de la
literatura -el sentido amplio y el sentido estricto-. Esta tesis se apoyará en
una interpretación de la opinión de profesionales, seguida por una comparación
y contrastación de dichos sentidos.
Literatura viene del latín ‘litterae’, que significa letra y
es el arte que emplea como medio de expresión una lengua.1 Esta
definición permite interpretar que tanto las producciones orales como escritas
caben en este ámbito; sin embargo pasaron varios años y continúas discusiones –algunas
de ellas aún vigentes- para llegar a esta resolución, así que fue más
conveniente dividir la literatura en
un sentido amplio y otro estricto. Ya a finales del siglo XVIII en Francia, el
sentido amplio comienza a configurarse admitiendo a “todas aquellas obras de
reconocida calidad estética”2. Por otro lado, en Inglaterra se dio a
luz al sentido estricto definiéndolo como cualquier “conjunto de escritos
producidos por las clases instruidas”. Esto significa que desde los tratados
científicos hasta la poesía eran parte de este rango, aunque la novela no
entraba debido a que no era considerada un género literario para los ingleses
de aquella época2. No obstante, tanto el sentido amplio como
estricto fueron sufriendo progresivamente grandes transformaciones hasta llegar
a convertirse en lo que son hoy en día. Ahora en su sentido amplio, la
literatura no sólo alberga obras cuyo objetivo primordial es causar placer o
expresar belleza a través del estilo y forma que emplea sino que también a las que se
sirven como medio de comunicación. Ejemplo de esto es un chat de una red
social, una aplicación de mensajería instantánea, un foro de blog, una
entrevista, etc. Por su parte, el sentido estricto trasladó la poesía y rechazó
definitivamente a la novela entregándoselos a su contraparte y se concentra
ahora en las producciones de índole científica, religiosa, filosófica y
referencial.
Aunque no parece verosímil, las dos variaciones tienen
similitudes entre sí. Para empezar, para que una obra sea considerada como
literatura- independientemente del sentido que tenga-, es necesario que haya
utilizado palabras, ya sea escritas o habladas2. Esto implica que
desde la terminología filosófica hasta las conversaciones ordinarias son parte
de la literatura. Además, aun cuando todo tipo de comunicación entra en el
rango de literatura en su sentido amplio, es innegable que en el sentido
estricto también existe algo de comunicación. Para ilustrar esta afirmación, a
continuación un ejemplo: Un científico descubre el antídoto del cáncer y
entusiasmado decide transmitirle a las autoridades correspondientes la buena
nueva con el fin de comenzar a producir masivamente el antídoto cuanto antes.
Para ello, redacta un informe explicando su hipótesis, el experimento que
generó el antídoto, los resultados, pruebas, posibles daños colaterales y
observaciones personales con el fin de que las autoridades entiendan todo y
sepan cómo proceder. Es evidente que, aunque la comunicación no fue la razón
principal que movió al científico para descubrir el antídoto del cáncer, forzosamente
tuvo que valerse de ella si quería que su descubrimiento se llevara a cabo.
Finalmente, el sentido amplio se parece al sentido estricto en que el primero
puede abarcar obras del segundo si se califican no como algo individual sino
como una parte de un todo; en otras palabras, como un conjunto de obras literarias
de una determinada época, raza, región, nación, etc.
Fundamentalmente, la literatura en su sentido estricto
difiere del sentido amplio en que la primera tiene una función referencial mientras
que la otra es expresiva. Cabe destacar que mientras las obras del sentido
amplio se caracterizan por su preocupación en el estilo, la forma y estructura
del texto con el fin de deleitar los sentidos o comunicar una idea, el enfoque
del sentido estricto se preocupa por la verosimilitud del contenido. Una forma
para discernir a qué sentido pertenece un determinado texto es identificando su
género literario. Por ejemplo, Don Quijote de la Mancha se ubica en la novela caballeresca
y puesto que la novela tiende a relatar sucesos ficticios y entretener al
lector, entonces es parte de la literatura en su sentido amplio; por otro lado
la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino puede entenderse como un tratado
filosófico por no tener ninguna consideración estética o lúdica, sino
informativa, entra en el sentido estricto de la literatura. Además, los sentidos difieren entre sí en cómo
evalúan una obra literaria: al sentido amplio se enfoca en el idioma empleado,
la cultura que se menciona, la época en que se escribió, el tema y las técnicas estilísticas utilizadas en el
texto y la raza o etnia del autor y no le importa si el texto es ficticio o
real. Inversamente proporcional, el sentido estricto califica según la
veracidad del contenido de las obras sin importar los rasgos estilísticos en la
redacción y otras características superficiales.
Sin embargo, ocasionalmente existen excepciones que pueden
tomarse desde varios puntos de vista y por ende, caber tanto en el sentido
amplio como el estricto. Tómese de ejemplo el Antiguo Testamento de la Biblia:
Desde el punto de vista de la religión judía y cristiana, este compendio es una
joya referencial e informativa para conocer, obedecer e incluso escuchar a Dios
y por estas características es admitido en el sentido estricto. Mas si se
analiza desde otra perspectiva, el Antiguo Testamento es un vivo reflejo de la historia
hebrea y además puede apreciarse una riqueza estética ejemplar. Mostrados estos
rasgos, es razonable que el Antiguo Testamento forme también parte del sentido
amplio de la literatura. Sin embargo, ¿cómo puede estar en ambos sentidos sin
que los requisitos de cada uno choquen entre sí? Este caso demuestra que los confines del
sentido amplio y estricto suelen indefinirse formando ambigüedades para que textos
con una naturaleza polifacética como la Biblia sean considerados literatura. No
obstante al abrir esta apertura se da la pauta para que las personas se
apoderen de la palabra utilizándola en un sinfín de contextos sin que
necesariamente ‘estén mal’. De ahí nace la multiplicidad de aplicaciones que
tiene el término literatura, es decir, surge de la línea flexible e indefinida
que divide al sentido amplio y estricto.
Puntualizando, desde la Ilustración las personas cultas se
percataron de la necesidad de definir qué conforma la literatura pero en sus
esfuerzos excluyeron inconscientemente a ramas valiosas de esta disciplina. Sin
embargo, gracias a su contribución, fue posible descubrir la extensión de la
literatura y los dos sentidos que ésta abarca. Hubo que destacar que sin
embargo, debe existir una relación entre los sentidos a partir de sus similitudes
y así, se estableció que para que algo sea literatura, sin importar su sentido,
debe servirse de una lengua, ya sea de forma oral o escrita; segundo, directa o
indirectamente, debe comunicar algo; y debe contener información extrínseca al contenido
del texto. Posteriormente, se distinguió los sentidos de la literatura
fundamentalmente por su función. Desafortunadamente existen obras que debido a
su naturaleza pueden ser parte de ambos sentidos sin que se dé alguna
contradicción por lo que la línea divisoria entre ambos se vio forzada a ser
más flexible dejando así la apertura para que la palabra literatura sea
utilizada en un sinfín de contextos. Así que la próxima vez que usted utilice
literatura en su vocabulario, pregúntese a en qué sentido la aplicará según el
contexto que lo requiera.
Referencias
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