jueves, 23 de enero de 2014

Literatura en el sentido general y en el sentido estricto.

Literatura en el sentido general y en el sentido estricto.


La literatura es un término bastante ambiguo y usado. Podemos encontrarlo definiendo un período histórico: literatura Barroca, literatura Precolombina; o también a etnias y naciones completas: Literatura inglesa, literatura latinoamericana, literatura garífuna. A veces utilizamos la palabra literatura cuando queremos referirnos a un conjunto de libros pero es válido también aludir a uno solo y seguramente ha escuchado a gente decir que la literatura es una variación del arte. Pero, ¿qué es la literatura? ¿Hasta cuánto se extiende y en qué casos es admisible su aplicación? ¿Qué la conforma? Este ensayo afirma que la multiplicidad de aplicaciones de la palabra literatura recae en la flexible división entre los dos sentidos de la literatura -el sentido amplio y el sentido estricto-. Esta tesis se apoyará en una interpretación de la opinión de profesionales, seguida por una comparación y contrastación de dichos sentidos. 

Literatura viene del latín ‘litterae’, que significa letra y es el arte que emplea como medio de expresión una lengua.1 Esta definición permite interpretar que tanto las producciones orales como escritas caben en este ámbito; sin embargo pasaron varios años y continúas discusiones –algunas de ellas aún vigentes- para llegar a esta resolución, así que fue más conveniente dividir la literatura en un sentido amplio y otro estricto. Ya a finales del siglo XVIII en Francia, el sentido amplio comienza a configurarse admitiendo a “todas aquellas obras de reconocida calidad estética”2. Por otro lado, en Inglaterra se dio a luz al sentido estricto definiéndolo como cualquier “conjunto de escritos producidos por las clases instruidas”. Esto significa que desde los tratados científicos hasta la poesía eran parte de este rango, aunque la novela no entraba debido a que no era considerada un género literario para los ingleses de aquella época2. No obstante, tanto el sentido amplio como estricto fueron sufriendo progresivamente grandes transformaciones hasta llegar a convertirse en lo que son hoy en día. Ahora en su sentido amplio, la literatura no sólo alberga obras cuyo objetivo primordial es causar placer o expresar belleza a través del estilo y forma  que emplea sino que también a las que se sirven como medio de comunicación. Ejemplo de esto es un chat de una red social, una aplicación de mensajería instantánea, un foro de blog, una entrevista, etc. Por su parte, el sentido estricto trasladó la poesía y rechazó definitivamente a la novela entregándoselos a su contraparte y se concentra ahora en las producciones de índole científica, religiosa, filosófica y referencial.

Aunque no parece verosímil, las dos variaciones tienen similitudes entre sí. Para empezar, para que una obra sea considerada como literatura- independientemente del sentido que tenga-, es necesario que haya utilizado palabras, ya sea escritas o habladas2. Esto implica que desde la terminología filosófica hasta las conversaciones ordinarias son parte de la literatura. Además, aun cuando todo tipo de comunicación entra en el rango de literatura en su sentido amplio, es innegable que en el sentido estricto también existe algo de comunicación. Para ilustrar esta afirmación, a continuación un ejemplo: Un científico descubre el antídoto del cáncer y entusiasmado decide transmitirle a las autoridades correspondientes la buena nueva con el fin de comenzar a producir masivamente el antídoto cuanto antes. Para ello, redacta un informe explicando su hipótesis, el experimento que generó el antídoto, los resultados, pruebas, posibles daños colaterales y observaciones personales con el fin de que las autoridades entiendan todo y sepan cómo proceder. Es evidente que, aunque la comunicación no fue la razón principal que movió al científico para descubrir el antídoto del cáncer, forzosamente tuvo que valerse de ella si quería que su descubrimiento se llevara a cabo. Finalmente, el sentido amplio se parece al sentido estricto en que el primero puede abarcar obras del segundo si se califican no como algo individual sino como una parte de un todo; en otras palabras, como un conjunto de obras literarias de una determinada época, raza, región, nación, etc.

Fundamentalmente, la literatura en su sentido estricto difiere del sentido amplio en que la primera tiene una función referencial mientras que la otra es expresiva. Cabe destacar que mientras las obras del sentido amplio se caracterizan por su preocupación en el estilo, la forma y estructura del texto con el fin de deleitar los sentidos o comunicar una idea, el enfoque del sentido estricto se preocupa por la verosimilitud del contenido. Una forma para discernir a qué sentido pertenece un determinado texto es identificando su género literario. Por ejemplo, Don Quijote de la Mancha se ubica en la novela caballeresca y puesto que la novela tiende a relatar sucesos ficticios y entretener al lector, entonces es parte de la literatura en su sentido amplio; por otro lado la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino puede entenderse como un tratado filosófico por no tener ninguna consideración estética o lúdica, sino informativa, entra en el sentido estricto de la literatura.  Además, los sentidos difieren entre sí en cómo evalúan una obra literaria: al sentido amplio se enfoca en el idioma empleado, la cultura que se menciona, la época en que se escribió, el tema  y las técnicas estilísticas utilizadas en el texto y la raza o etnia del autor y no le importa si el texto es ficticio o real. Inversamente proporcional, el sentido estricto califica según la veracidad del contenido de las obras sin importar los rasgos estilísticos en la redacción y otras características superficiales. 

Sin embargo, ocasionalmente existen excepciones que pueden tomarse desde varios puntos de vista y por ende, caber tanto en el sentido amplio como el estricto. Tómese de ejemplo el Antiguo Testamento de la Biblia: Desde el punto de vista de la religión judía y cristiana, este compendio es una joya referencial e informativa para conocer, obedecer e incluso escuchar a Dios y por estas características es admitido en el sentido estricto. Mas si se analiza desde otra perspectiva, el Antiguo Testamento es un vivo reflejo de la historia hebrea y además puede apreciarse una riqueza estética ejemplar. Mostrados estos rasgos, es razonable que el Antiguo Testamento forme también parte del sentido amplio de la literatura. Sin embargo, ¿cómo puede estar en ambos sentidos sin que los requisitos de cada uno choquen entre sí?  Este caso demuestra que los confines del sentido amplio y estricto suelen indefinirse formando ambigüedades para que textos con una naturaleza polifacética como la Biblia sean considerados literatura. No obstante al abrir esta apertura se da la pauta para que las personas se apoderen de la palabra utilizándola en un sinfín de contextos sin que necesariamente ‘estén mal’. De ahí nace la multiplicidad de aplicaciones que tiene el término literatura, es decir, surge de la línea flexible e indefinida que divide al sentido amplio y estricto.

Puntualizando, desde la Ilustración las personas cultas se percataron de la necesidad de definir qué conforma la literatura pero en sus esfuerzos excluyeron inconscientemente a ramas valiosas de esta disciplina. Sin embargo, gracias a su contribución, fue posible descubrir la extensión de la literatura y los dos sentidos que ésta abarca. Hubo que destacar que sin embargo, debe existir una relación entre los sentidos a partir de sus similitudes y así, se estableció que para que algo sea literatura, sin importar su sentido, debe servirse de una lengua, ya sea de forma oral o escrita; segundo, directa o indirectamente, debe comunicar algo; y debe contener información extrínseca al contenido del texto. Posteriormente, se distinguió los sentidos de la literatura fundamentalmente por su función. Desafortunadamente existen obras que debido a su naturaleza pueden ser parte de ambos sentidos sin que se dé alguna contradicción por lo que la línea divisoria entre ambos se vio forzada a ser más flexible dejando así la apertura para que la palabra literatura sea utilizada en un sinfín de contextos. Así que la próxima vez que usted utilice literatura en su vocabulario, pregúntese a en qué sentido la aplicará según el contexto que lo requiera.

Referencias



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